Alejandro Pérez Lugín, periodista

Inició su vida periodística en el diario compostelano El Pensamiento Galaico. Dos años más tarde se instala en Madrid, ejerciendo la abogacía durante un breve periodo. Después fue funcionario del Ministerio de Fomento y más tarde representante de una empresa de explosivos, pero pronto se dedicó a su verdadera vocación, el periodismo.

Escribió en numerosos periódicos madrileños: El Correo Español, España Nueva, El Globo, El Heraldo de Madrid, La Mañana y El Mundo, ocupándose de las más variadas secciones, pero sobre todo de las crónicas taurinas, que firmaba con varios seudónimos: Don Benigno, Don Pío y Farruquiño Penelas.

Fue miembro cofundador de La Tribuna (1912) desde cuyas páginas alcanzó una gran popularidad, que se vio acrecentada cuando sustituyó como cronista taurino de El Liberal, tras su fallecimiento en 1916, a José de la Loma y Mielgo, Don Modesto (que a su vez había sustituido a Mariano de Cavia, que firmaba sus crónicas como Sobaquillo). También fue corresponsal de guerra en Marruecos del periódico de Madrid El Debate.

Su primera novela

En 1915 publica su primera novela, La Casa de la Troya, ganadora del premio Fastenrath de la Real Academia Española, que fue un éxito rotundo, pues alcanzó casi el medio centenar de ediciones en vida del autor. Ambientada en Santiago de Compostela, retrata la vida estudiantil compostelana.

En 1921, primero por entregas en el periódico madrileño El Debate y después como libro, publica Currito de la Cruz, novela taurina ambientada en Sevilla, que fue también un gran éxito. Ambas fueron adaptadas para el teatro por el propio autor en colaboración con Manuel Linares Rivas. La primera fue estrenada en 1919 en el teatro de la Comedia de Madrid. La segunda lo fue en 1923 en el teatro Lara de Madrid.

La popularidad obtenida por ambas novelas le valieron ser nombrado, poco antes de su muerte, hijo adoptivo de Santiago de Compostela y de Sevilla.

También publicó El torero artista, Rafael Gómez (Gallito) (apuntes para la historia) (1911); De Titta Ruffo a la Fons, pasando por Machaquito. Notas de un reporter (1912); ¡¡¡Ki ki ri kí!!! Los “gallos”, sus rivales y “su” prensa (1914); La Amiga del Rey. Las Tiples. Romanones. La Vicaría… (Notas de un reporter) (1917); La Corredoira y la Rúa (1923); Alabanzas de “La mejor ciudad”. Sevilla es un beso de Dios y La cátedra de Sevilla (1923).

Dejó dos novelas inacabadas, Arminda Moscoso terminada por Alfredo García Ramos y publicada en 1928, y La Virgen del Rocío ya entró en Triana concluida por José Andrés Vázquez en 1929.

Muy interesado en el cine, rodó dos documentales sobre la guerra de Marruecos: Los novios de la muerte (1922) y Los regulares (1922). Más tarde llevó a la pantalla sus dos primeras novelas, La Casa de la Troya (1924) en colaboración con Manuel Noriega y Currito de la Cruz (1925) en colaboración con Fernando Delgado.

Falleció en El Burgo (La Coruña) el día 5 de septiembre de 1926.

(Servicio de Información Bibliográfica)