De vuelta en el hogar de sus parientes, estos le prohibieron que leyera cualquier libro que no fuera de enseñanza primaria, hasta que el escritor Juan José Bueno, amigo personal de la familia, les convenció para que le pusieran un profesor particular, Valentín Marín y Morales.

Con dieciséis años publicó El triunfo de la virtud, su primera obra en cuatro tomos que obtuvo uno de los primeros premios en un certamen celebrado en Sevilla, hecho que le abrió las puertas a colaborar en cabeceras como La Educación, El Fígaro, El Hispalense y El Disparate.

En 1882 contrajo matrimonio y marchó a Madrid, donde consiguió el segundo premio en el certamen literario con motivo del segundo centenario de Calderón, con un estudio sobre la educación de la mujer. Siguió desgranando sus artículos en La Publicidad de Madrid, La Ilustración Madrileña, El Principiante y la sección literaria de La Cocina Española y Las Regiones. Hizo campaña contra la monarquía y a favor de la libertad de conciencia y las ideas radicales, hecho por el cual fue encausada en siete procesos y pasó por prisión en tres ocasiones a lo largo de su vida. En 1887 cambió su domicilio a Santander, pero al poco tiempo prendieron fuego a su casa en un atentado, lo que motivó el traslado del matrimonio a Barcelona, donde conoció a la escritora espiritista Amalia Domingo Soler, en cuya revista La luz de porvenir colaboró de manera frecuente.

Su trayectoria política se relaciona con partidos de izquierda y pronunció conferencias de gran éxito, como las del Congreso de Librepensadores de Madrid en el año 1892.  También en Madrid edita su novela histórica Abismos en 1896, a la que sigue un año después Justicia. Estuvo afiliada al Grande Oriente Nacional de España y en Barcelona a la logia La Constancia, de la que fue secretaria en 1895. Allí, junto con la anarquista Teresa Claramunt y su amiga Amalia Domingo Soler, ya había promovido la Sociedad Autónoma de Mujeres de Barcelona (1892), la primera organización claramente feminista en España. También fundó y presidió la Sociedad Progresiva Femenina en 1898, con una escuela racionalista de niñas que tenía como finalidad la educación y dignificación de la mujer.

Durante sus años en Barcelona participó activamente en la prensa, colaborando con El Clamor Zaragozano y El Diluvio. También fundó y dirigió varias publicaciones como El Progreso, El Gladiador y El Libertador.

Hay que atribuirle el mérito de impulsar la primera manifestación feminista en España, realizada en Barcelona el día 10 de julio de 1910, bajo la bandera de la emancipación de la mujer, el librepensamiento y la república. Gracias a su intervención y a  las campañas informativas y movilizaciones que promovió entre las mujeres de Cataluña, se logró la revisión del proceso de Montjuich.

Falleció el 29 de enero de 1926 en Barcelona. La revista Vida Masónica inauguró con su biografía la “Columna de Honor de Masonas Españolas”, el 4 de junio de ese mismo año.

(Servicio de Información Bibliográfica)