Era la mayor de cuatro hermanos y provenía de una familia de terratenientes acomodados, su padre, abogado de profesión, era un hombre liberal y de ideales republicanos. De su madre heredó el amor por la escritura y de su abuela el interés por el folclore y la cultura popular.

De talante autodidacta, aprendió francés e italiano y antes de decidirse por la escritura se dedicó a la pintura. La arqueología fue otra de sus pasiones y formó una colección de más de 300 piezas, algunas de ellas procedentes de los terrenos que su familia poseía cerca de las ruinas de Ampurias.

Inició su carrera literaria colaborando, entre 1897 y 1900, en publicaciones satíricas como L’Esquella de la Torratxa, con poemas de temática amorosa, bajo el seudónimo de Virgili d’Alacseal. Aunque fue en 1898 cuando se dio a conocer tras ganar dos premios en los Juegos Florales de Olot, con el poema Lo llibre nou y con un monólogo en verso, La infanticida. Se trata, este último, de un texto duro, considerado inmoral, de modo que le sugirieron algunos cambios con el fin de poder ser representado, a lo que la autora se negó. A raíz del escándalo que generó que una joven soltera y de buena familia escribiera un texto con esa temática y el tono audaz con el que la abordaba, Caterina Albert decidió que nunca más volvería a firmar con su nombre y, como otras escritoras europeas de la época, se vio forzada a esconder su verdadera identidad bajo un seudónimo masculino. En cuanto a la obra, no fue representada y fue ignorada hasta 1967, año en que se publicó por primera vez.

La autora, que se había hecho cargo de los negocios familiares a la muerte de su padre, disponía de un piso en Barcelona en el que vivía parte del año, de modo que pudo cultivar su amor por la música, el teatro y el incipiente cine, además de la escultura, pintura, la literatura y los viajes por Europa.

Publicando bajo el seudónimo de Victor Catalá

Bajo el seudónimo de Victor Catalá, nombre del personaje de una novela que estaba escribiendo en ese momento y que nunca finalizó, en 1901 publicó un libro de poemas, El cant dels mesos y 4 monòlegs en vers, considerados en ese momento de autoría masculina, que recibieron muy buenas críticas.

En 1902 aparecen las doce narraciones de Drames rurals, ilustradas por la propia autora, título que dio nombre el género. Estos textos, que tienen muy poco de rurales, en el sentido de que no pretenden describir la vida en el campo sino las relaciones humanas, analizan la situación de la mujer en la sociedad de la época, las relaciones de pareja y laborales, ofreciendo una imagen muy negativa, llena de violencia y crueldad, que contrasta con los modelos idílicos heredados del S. XIX.

A esta obra le siguieron Ombrívoles (1904), Lo libre blanc (1905), y la novela Solitud, considerada su obra maestra, aparecida primero en fascículos de la revista Juventut y en 1905 publicada como libro. Está considerada una de las novelas fundamentales de la literatura catalana, encuadrada en el Modernismo catalán, junto a la obra de Raimon Caselles, Prudenci Bertranay Joaquim Ruyra. La novela fue premiada con el premio Fastenrath en 1909 y traducida a varios idiomas. En 1907 publicó otro libro de narraciones, Caires vius.

Aproximadamente en esa época se produjo un periodo de silencio para retomar nuevamente la pluma hacia 1917. En ese momento, a los cincuenta y dos años, hizo su primera aparición pública y presidió los Juegos Florales de Barcelona, donde leyó el discurso De civisme i civilitat. Entre los meses de abril de 1918 y septiembre de 1921, publicó en Catalunya literària su obra ***3.000 metres, en la que ensayó nuevas formas de hacer novela, inspirándose en los guiones cinematográficos. Tres años más tarde se editó con el título Un film (3.000 metres). En 1920 se editaron las siete narraciones recogidas en La Mare- Balena y en 1923 ingresó en la Real Academia e Buenas Letras de Barcelona.

Continuó publicando libros de narraciones: Marines (1928) y Contrallums (1930). En el año 1944 salió a la luz un libro en español, Retablo, formado por nueve narraciones, cuatro de las cuales son autotraducciones. En 1946 publicó Mosaic, un texto autobiográfico de prosa poética e Impressions literàries sobre temes domèstics. Culminó su carrera literaria con dos libros de narraciones: Vida mòlta (1949) y Jubileu (1951).

Su maestría influyó poderosamente en las nuevas generaciones de escritoras desde Mercè Rodoreda hasta las más contemporáneas.

Entre el año 1953 y 1997 se convocó anualmente el premio de cuentos y narraciones que llevó el nombre de “Premi Víctor Catalá” convocado por la Editorial Selecta. A partir de 1998, la editorial es adquirida por Edicions 62 y el premio pasó a llamarse “Premi Mercè Rodoreda”.

Caterina Albert i Paradís pasó los últimos años de su vida recluida voluntariamente en su dormitorio, en la cama, sin abandonarla hasta que falleció el 27 de enero de 1966 en su hogar de La Escala.

(Servicio de Información Bibliográfica)