Dramaturgo, novelista, escritor y humorista. Nació en Madrid el 10 de octubre de 1873 en una familia burguesa de buena posición económica. Su madre, Carmen Álvarez, actriz cómica, ejerció sobre él una gran influencia en su juventud. Poco interesado en los estudios pronto se dedicará de lleno a la literatura aprovechando la buena situación familiar.
Comenzó su carrera escribiendo para las revistas más conocidas del momento como Militares y paisanos, Madrid Cómico, La Vida, Muchas Gracias, Mundial y Flirt. Se decía de él que necesitaba estar junto a alguien que motivara su afán de creación, prueba de ello son sus numerosas colaboraciones como dramaturgo junto a Diego San José, El Caballero Audaz, Joaquín Abati, Antonio Casero, Celso Lucio, Fernando Luque, Antonio Palomero y Antonio Paso.
Su primer éxito teatral se tituló La trompa de caza, juguete cómico, escrito en colaboración con Antonio Palomero en 1892 que supuso su debut en el teatro Eslava de Madrid. En su segunda etapa como autor alcanza su mayor esplendor, debido entre otros factores a la colaboración con Carlos Arniches. De esta unión salieron los grandes éxitos El pobre Balbuena, El perro chico, La gente seria o Alma de Dios (1907), de la que se sentía especialmente orgulloso. Resulta anómala la asidua colaboración de Arniches y García Álvarez, con quien realizó once obras, teniendo en cuenta los caracteres tan radicalmente opuestos, tan ordenado el primero y excéntrico e impuntual el segundo.
Trabajó para el conocido como “teatro por horas”, teatro musical integrado por pequeñas piezas teatrales de corta duración que tuvo su auge desde los últimos años del siglo XIX hasta 1910, para el cual compuso obras tan conocidas como La Marcha de Cádiz (1896) o La alegría de la huerta (1900). Estrenó sus obras en los locales Apolo y Romea y ejerció como pianista para afamados compositores, entre ellos Calleja, Chueca, Estellés, Luna, López Torregrosa y Valverde. En un intento por modernizar el género integró una serie de novedades tales como el sainete lírico, el pasillo cómico-lírico, la zarzuela o el “disgusto lírico”. De las obras escritas para estos subgéneros destacaron El señor Pérez (1894), Los cocineros (1897) y Mea culpa (1910), entre otras.
A partir de 1914, comienza su andadura en la comedia estrenando en los teatros Infanta Isabel y Lara. Participó en la creación del género astracán, junto a Pedro Muñoz Seca, al que se unió para crear una pareja profesional que haría las delicias del público entre los años 1910 y 1920. Estrenaron su obra Fúcar XXI en 1914, y tras lograr el éxito esperado continuaron con La casa de los crímenes (1916), El verdugo de Sevilla (1916), La conferencia de Algeciras (1916), Los cuatro Robinsones (1917) o El último Bravo (1917).
Habiendo entendido la necesidad de una renovación en la escena del humor español del momento, él mismo señaló que el viejo teatro del enredo había que renovarlo, modernizarlo y ponerlo al nivel de las modernas preferencias del público.
Fue García Álvarez un hombre peculiar, que recibía a las visitas tumbado en la cama, con bata y gorro de dormir, asiduo de las farmacias madrileñas por su conocida hipocondría y con un gusto por la vida bohemia en una época donde resaltaban el humor y la literatura festiva. De las numerosas anécdotas que se recuerdan de su persona se destaca aquélla en que un día recibió en su alcoba a un desconocido que pretendía narrarle una comedia, a la mañana siguiente amanecieron ambos dormidos en el mismo lecho, y al despertarse, Enrique pidió que les sirvieran el desayuno para continuar con la narración. Una enfermedad pulmonar acabó con su vida en Madrid el 22 de enero de 1931. Tras su pérdida, su compañero Pedro Muñoz Seca escribió:
“la vida le rió siempre, y él se rió siempre de la vida. Cuando la vida y él empezaban a ponerse serios se ha roto el hilo que los unía”.
(Servicio de Información Bibliográfica)
Nació el 10 de octubre en Madrid.
Redactó su primer éxito Trompa de caza, junto a Antonio Palomero.
Elaboró el libreto para la zarzuela Los cocineros.
Escribió la novela teatral La alegría de la huerta.
Compuso el sainete lírico Alma de Dios junto a Carlos Arniches.
Se convirtió en pareja humorística de Pedro Muñoz Seca y juntos debutaron con la obra Fúcar XXI.
Falleció el 22 de enero en Madrid.