En 1857 comenzó a escribir en prensa y continuó durante cuarenta años. Sus artículos pretendían ayudar en la educación femenina y en la evolución de la mujer, como también hicieran Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado o Faustina Sáez de Melgar. Para La Educación Pintoresca, La Aurora de la Vida y La Educanda escribió artículos, fábulas y cuentos recreativos para niños.

Como traductora, en La Correspondencia de España, publicó traducciones en folletines por entregas que dieron a conocer en España a muchos autores de novelas francesas, italianas e inglesas: Ernesto Feydeau (1873), Wilkie Collins (1874) o George Sand (1888), entre otros.

Actividad como pedagoga

Su actividad como pedagoga fue la que la consagró, sobre todo por el éxito de sus manuales para la educación moral y la instrucción de niñas y mujeres. En 1860 publicó La madre de familia: diálogos instructivos sobre la Religión, la Moral y las maravillas de la naturaleza, obra seleccionada como libro de lectura en las escuelas; se trataba de una obra de ficción destinada a concienciar a las mujeres a través del personaje de una viuda que educa a sus hijos aprovechando las circunstancias que surgen en su vida.

La cuestión femenina siempre estuvo presente en la obra de Joaquina García Balmaseda. En 1883 asumió la dirección de Biblioteca del correo de la moda: álbum de señoritas, revista en la que pretendía familiarizar a las niñas con las labores y guiar a la mujer en las cuestiones que pudiera desconocer.

Debido al éxito de sus publicaciones, decidió adoptar distintos seudónimos para no cansar al lector con su nombre repetido en las obras que publicaba. Así, podemos encontrar escritos suyos bajo el nombre de Aurora Pérez Mirón, Zahara, Baronesa de Olivares, Adela Samb y Lady Kitty.

Se suele proponer como fecha de su fallecimiento el año 1893, pero en realidad quien murió en este año fue su madre, Francisca Balmaseda y Olivares. Joaquina García Balmaseda falleció en 1911.

(Servicio de Información Bibliográfica)