Se casa en 1889 con la actriz Elisa Mendoza Tenorio, que abandona su profesión para dedicarse, al igual que su marido, a la defensa de la salud infantil.

Protector de la infancia

Ejerce como profesor auxiliar y catedrático en la Facultad de Medicina de Madrid y funda el Instituto Biológico junto a Martínez Molina, un prestigioso cirujano. Desde 1882 trabaja como médico en el Hospital del Niño Jesús y ejerce la dirección médica del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón. Acude como representante español a los congresos internacionales de Protección a la Infancia en París (1883) y Amberes (1889) defendiendo sus opiniones como reformista social enfocadas sobre los problemas sociales en la infancia, las soluciones y rehabilitación de niños problemáticos y la mortalidad infantil.

Forma parte de numerosas asociaciones académicas y científicas tales como las Sociedades de Terapéutica, de Higiene, de Ginecología y de Fisiología españolas que a su vez contribuyó a fundar, así como de la Sociedad de Biología de París y la Sociedad de Higiene y de Medicina Pública francesas. Participa en sus juntas, pronuncia discursos y da conferencias en ellas. Es elegido socio de la Real Academia de Medicina en 1899. El Ateneo de Madrid en la sección de Ciencias Naturales, le cuenta también entre sus miembros. Crea el Consejo Superior de Protección a la Infancia y ejerce cargos en la Sociedad Protectora de Niños, Servicio de Inspección Médico Escolar Consejo de Sanidad, Patronato de Sordomudos y Ciegos y Sociedad de Pediatría de Madrid.

Parte de su obra son también los llamados sanatorios marinos y de montaña, en un momento en que el Estado no se ocupaba de atender este tipo de recursos y donde se trataban las enfermedades de anemia y raquitismo infantiles. Eran los principios de la talasoterapia. Destacan los sanatorios de Trillo y de Santa Clara, creado este último en 1892 a expensas del propio doctor y de donativos recibidos, entre los que se contaban los de su amigo Benito Pérez Galdós. El nombre del sanatorio se debe a la madre del doctor, Clara Latour.

A lo largo de su vida, interviene en numerosas revistas y periódicos como El Diario Médico, El Hospital de Niños, La Madre y el Niño, Archivos de Ginecología y Enfermedades de la Infancia y Pro Infantia con sus trabajos sobre pediatría. Algunas de estas publicaciones recibieron premios en exposiciones de París, Barcelona, Zaragoza y Madrid. Realiza también numerosas traducciones de obras de colegas médicos a las que añade precisas anotaciones personales. Su interés por la lengua le llevó a impulsar la obra del Diccionario Tecnológico médico hispano-americano, sin embargo no se consiguió llegar a un acuerdo para realizarlo. Pero no sólo los temas médicos son el destino de sus trabajos, también escribió artículos en revistas de tipo general como La Ilustración Española, La Ilustración Católica, Pluma y Lápiz, Pluma y España y El Liberal, algunas veces bajo seudónimos como “Dr. Fausto”, “Lamparilla”, “Modesto Anella”, “Víctor Ferrer” , “Doctor Veritas” o “Un Médico de esta Corte”. Contó con la amistad de Benito Pérez Galdós que se inspiró en Tolosa Latour para el personaje del Dr. Miquis de sus novelas y prologó su obra La noche buena de un médico: niñerías (1897).

Destaca también el impulso que ejerce en la creación de la Ley de Protección a la Infancia, promulgada en 1904 y llamada también Ley Tolosa Latour.

EL doctor fallece el 12 de junio de 1919 en Madrid, unos meses antes que su amigo Pérez Galdós. Es despedido con cariño por el pueblo madrileño que le profesó siempre un gran respeto y le dedicó un monumento en el Parque del Retiro en 1925.

La Sociedad Española de Pediatría creó un premio que lleva su nombre y que se concede de forma anual.

(Servicio de Información Bibliográfica)